Justo cuando estaba a punto de quedarse dormida escuchó el sonido incesante de los gorriones en los bambúes.
Sueño en el pabellón rojo 38
Sueño en el pabellón rojo 38
¿Como puedo yo, lleno de enfermedad y dolor, soportar ese rostro que los reinos podrían derribar?
Quisiera tener alas y emprender el vuelo
con los pétalos hasta el fin del mundo.
¿Pero quién sabe si allí existe
una tumba donde enterrar fragancias?
Mejor en bolsas de seda recoger sus restos de aroma
y en la limpia tierra, como una tumba, sepultarlos.
Pues puros partirán como puros llegaron:
sin dejarse cubrir por el sucio fango.
Lin Daiyu. Sueño en el pabellón rojo