Convertido en esfinge de arenisca, barro,
me dejo llevar por la espuma amarga de las olas,
mientras tus dedos de hielo envenenan mis sienes,
me enredan hacia el fondo para servir de pasto
a las actinias, a las medusas y a las holoturias,
allá donde mi alma oscura sueña con acompañarte
siempre.
Mártires, de Gora Vorontsov. 9-11-08. Del libro. "Espuma de los días"